domingo, 3 de febrero de 2008

CINE COMPROMETIDO. El Valle de Elah


Lo primero que recuerdo es la estampa de Sally Field en “No sin mi hija” (1991), esa sensación de injusticia que empapaba la película y que te daba que pensar al acabar de verla.
Después vinieron películas en las que te sorprendías hablando en la salida del cine sobre encarcelamientos injustos, penas de muerte, violencia de género… El cine social de Ken Loach, los problemas de la clase obrera de los “Full Monty” y “Billy Elliot”…
Y es que, al ir al cine en los 90 era deporte de riesgo, daban igual los actores o el director. Cuando menos te lo esperabas, caía una de “moralina”. Te metías a ver una de Spielberg y salías hablando de nazis o de esclavitud, una de Harrison Ford y te caía una sobre el Ira. El Ira… ¿cuántas, a lo tonto, nos habremos tragado sobre ese tema?
Con el 11 de septiembre todo cambió: ¿qué importan las injusticias sociales frente a la fragilidad de una nación? Y los focos pasaron a apuntar a las figuras de los “nuevos héroes”, los policías, bomberos y militares anónimos que se movilizaron (unos a ayudar a víctimas anónimas, otros a combatir a amenazas fantasmas) De esta manera, la épica del cine militar se llenó de filosofía, de soldados que se cuestionaban su papel y el sentido de las intervenciones militares (Kubrick, ¿dónde estás cuando se te necesita?)
El origen del mal ya tenía nombre: George Bush.
Del renacimiento de este nuevo cine antibelicista al actual cine comprometido–político no se ha tardado mucho. “Jarhead”, “Redacted”, “Leones por corderos”… Ahora, el deporte de moda es el afán intelectualista por proclamar lo mal que le va a los Estados Unidos por culpa de su gestión política. La forma de tratar el tema ya depende del cineasta de turno: uno opta por matar a Bush (“Muerte de un presidente”), Robert Redford le pone al mal la cara de Tom Cruise (“Leones por corderos”)…

Y en este contexto me metí en el cine a ver “El valle de Elah” en busca de una nueva dosis de cine político (los actores Tommy Lee Jones y Susan Sarandon son de los “comprometidos”, y el director Paul Haggis es uno de los más “cañeros”). ¿Y con qué me encuentro? 115 minutos de película y 5 minutos de política.
Olvidad a los puretas progres que os hablen de la película: si se suprimen los 5 últimos minutos de película y cambiamos a Tommy Lee Jones por…. Jane Seymour, tenemos una película de antena3 los domingos a las seis de la tarde: una mujer que investiga con una policía la extraña desaparición de su hijo militar al llegar de una misión en Afganistán.
Los 5 minutos políticos… nada nuevo: que los EEUU van muy mal. Vaya Paul Haggis, ¿me lo dices o me lo cuentas? Como si fuera nuevo… para los que os observamos desde fuera de vuestro ombligo. Michael Moore lleva tiempo comentándolo y siendo acosado por eso, a ver si crees que nos va a conmover lo último que se te ha ocurrido desde tu reconfortante sillón en tu despacho.
Y es que, ahora, al salir del cine, no hay discusiones ni conversaciones sobre lo visto. La moraleja hace tiempo que la sabemos.

2 comentarios:

zombequi dijo...

Yo después de escuchar al del B&N, creo que no entendiste la peli, jajaja.

Friki Fontaneda dijo...

"(...)Olvidad a los puretas progres que os hablen de la película: si se suprimen los 5 últimos minutos de película y cambiamos a Tommy Lee Jones por…. Jane Seymour, tenemos una película de antena3 los domingos a las seis de la tarde(...)"
Esto es como un rorschach, o yo no entendí la película o él pasó todo el tiempo viendo "gigantes en vez de molinos de viento"