martes, 28 de agosto de 2007

CON MANTEQUILLA,POR FAVOR.

Quien me iba a decir a mi que un simple desayuno me haría reflexionar sobre la pérdida de la caballerosidad en estos tiempos que corren.
Como cada mañana de estudio en la biblioteca, una vez el reloj marca las once nos dirigimos hacia nuestro habitual sitio de desayuno y en un acto de espontaneidad por mi parte y para romper de alguna manera con la rutina, decidí añadir a mi cafe con leche y sacarina,media tostada con mantequilla como tantas otras veces se la había visto degustar a uno de mis compañeros de mesa.Sin embargo,la suerte no estaba de mi lado porque el camarero trajo todo correctamente(y sin apuntar, cosa que yo sería incapaz) menos lo mío claro esta que me hizo una mezcla un poco rara,tostada con aceite y mermelada de fresa,igual otra persona,por ejemplo Popeye,prefiero llamarlo asi,se hubiera atrevido con la mezcla pq peores cosas ha mezclado pero yo soy muy tradicional que le vamos hacer asi q decidi llamar al camarero lo cual no es tarea fácil cdo el bar esta hasta los topes y por consecuencia todo el personal desquiciado.A todo esto debo sumarle que el tiempo para el desayuno esta establecido,media hora como mucho(popeye entra en acción de nuevo).Pero lo peor de todo no fue el estres pq el camarero no me hacia caso,mis amigos estaban terminado de desayunar,se me acababa el tiempo... sino girarme a mi izquierda y ver a ese compañero mencionado anteriormente,juntar no uno sino dos botes de mantequilla sin ni siquiera por cortesía, lastima o solidaridad entre compañeros ofrecerme uno de ellos.Y asi fue como el ha desayunado una tostada de 10 cm de espesor mientras la mia ni sikiera cogió el sabor de la mantequilla.
Conclusión: A partir de ahora me ire desayunada de casa.

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